Deus ex machina
Increíble mujer de misteriosa magia,
su luz me guía y me refugio en su amor;
el suave aroma de su pelo me contagia,
convirtiendo mi vida en un sueño encantador.
De las tragedias del mundo me defiende
y me aleja de las pesadillas del desierto;
su auténtica y amable persona me atiende
y me motiva a la vida, al bien y a lo cierto.
Existe un eterno Dios y por ella creo:
¡mis sueños y mi esperanza de ella son!
La religión critico... mas yo en ella veo
el principio de la inmensa creación.
El destino fue quien me enseñó a quererla,
es una mujer única: ¡ya que sabe transformar
cada gota de llanto en una hermosa perla
y en un hermoso recuerdo cada pesar!
De mi etapa triste y solitaria,
ella en consuelo convirtió mi dolor,
¡recé con su fe mi primer plegaria
y amé con su corazón mi último amor!
Suele a veces negarme sus favores,
mas yo mis gracias sin parar le doy,
¡a ella le debo las alegres flores
que, hasta marchitas, me consuelan hoy!
La angustia de la tierra no me importa
ya que su encanto me hace reflexionar,
¡ella me dice que la vida es corta
y que hay que disfrutarla sin cesar!
Mi sola ambición es ser digno de ella,
acariciar su amor y llenarme de su alegría:
quiero ver su brillo en mi solitaria estrella
y su luz tornando mi triste noche en día.
el suave aroma de su pelo me contagia,
convirtiendo mi vida en un sueño encantador.
De las tragedias del mundo me defiende
y me aleja de las pesadillas del desierto;
su auténtica y amable persona me atiende
y me motiva a la vida, al bien y a lo cierto.
Existe un eterno Dios y por ella creo:
¡mis sueños y mi esperanza de ella son!
La religión critico... mas yo en ella veo
el principio de la inmensa creación.
El destino fue quien me enseñó a quererla,
es una mujer única: ¡ya que sabe transformar
cada gota de llanto en una hermosa perla
y en un hermoso recuerdo cada pesar!
De mi etapa triste y solitaria,
ella en consuelo convirtió mi dolor,
¡recé con su fe mi primer plegaria
y amé con su corazón mi último amor!
Suele a veces negarme sus favores,
mas yo mis gracias sin parar le doy,
¡a ella le debo las alegres flores
que, hasta marchitas, me consuelan hoy!
La angustia de la tierra no me importa
ya que su encanto me hace reflexionar,
¡ella me dice que la vida es corta
y que hay que disfrutarla sin cesar!
Mi sola ambición es ser digno de ella,
acariciar su amor y llenarme de su alegría:
quiero ver su brillo en mi solitaria estrella
y su luz tornando mi triste noche en día.
© Elvis Dino Esquivel
Imagen: di3sel-d392iof
<3
ResponderBorrarBellísima poesía que, como mujer, me admira. Sólo debe ser tu especial y único reflejo el que te permite ver tanta divinidad en ella.
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