Mujer, con mi alma te bendigo.
Siendo ahora únicamente un amigo
te quiero decir musa mía
que de mi vida no solo eras guía…
…sino también mi gloria fuiste.
Si te olvidé, por favor perdóname,
que ahora arrepentido y triste,
espero tu piedad me reclame.
Cuando de las auroras de tus ojos
cayeron santas lágrimas al vacío,
borraron del gélido pecho mío
los desengaños y los enojos.
Pero musa mía, ¡ya te perdí!
La confusa y necia vida así lo quiso,
ayer en tus benditas manos caí
y hoy lejos estoy de tu paraíso.
Antes que mi corazón se desgaste
de lo más profundo quisiera arrancarte,
sin que en mi dañada mente se desate
la guerra para poder olvidarte.
Para pacificar mis ingenuas penas,
ya que solamente de dolor me llenas,
¡buscaré nuevos y lúbricos placeres
con el ofrecido amor de otras mujeres!
© Elvis Dino Esquivel
Imagen: MelanieArbour
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