Eres altiva y yo soy de tus eternos presos,
de esos que desdeñas y haces sentir inferior;
enfatizas esa banal belleza exterior,
pero no eres más que una envoltura de huesos.
Me amaste ayer, hoy solamente soy tu olvido. Ésos
que buscan inútilmente ser mis sucesores,
tratarán de recrear mi amor con sus amores
porque te besarán sobre mis antiguos besos.
Eres demasiado altiva y en tu ego te consumes;
preciosa pero con corazón tórrido y tierno,
¡tan tórrido como el miserable sol de invierno
y tan altiva que hasta tu excremento presumes!
Bórrame de lo más profundo de tu memoria
mientras te desecho a ti, mujer altiva e impura.
Ingiere el veneno de tu efímera hermosura
mientras borro mi nombre de tu trivial historia.
© Elvis Dino Esquivel
Imagen: Matt J. Sherman
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