Belicosos. Solitarios.
Perdidos... naufragan
en la eternidad de un desierto.
Cándidos guerreros de arena
obedecen los vanidosos deseos
de los palacios blancos...
Marchan, altivos,
metralla en mano
al pórtico laberíntico
del averno arenal...
Hiere natura, abrasa
su matutino páramo;
los guerreros sudan
y su silencio bebe la agonía...
La patria maquila la lealtad
de esos combatientes arenosos
que purifican su ingenua gloria
en la áurea lluvia negra...
En la batalla que ningún dios profirió,
enemigos invisibles aparecen
maldiciendo al foráneo
en su vernácula lengua
y los guerreros traducen
con enigmáticas balas...
Titanes indestructibles
que embisten herejes,
lanzan proyectiles
que derrumban memorias...
Las aves metálicas arrojan
en su vuelo, mensajes de libertad,
que solo descifraron aquellos
que al leerlos se entregaron a la noche...
Duelen... ¡oh, duelen! Esos estruendos infinitos
que no hirieron sus carnes,
pero aún hacen eco en la memoria...
(Sentimientos camuflados;
los valientes sollozan solo
bajo el gélido crepúsculo...)
Los guerreros poco a poco
se desvanecen y los cerrados
ojos de los ausentes los buscan.
Sombras aún naufragan
en las dunas perdidas...
© Elvis Dino Esquivel
Imagen: marcmons007
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