Tus ojos tornan a pasados días,
militar que subsiste de memoria,
a traumas de heroicas alegorías
escritas en los libros de la historia.
No te disculpes: tu mente deforme
abandonó al de tu ya añeja infancia,
¿quién se atreve vestir un uniforme
y luchar por «libertad» a distancia?
Ni la política capitalista
intoxicó tu patriótico orgullo;
para que en libertad la patria exista
los osados sacrifican lo suyo.
Combates y tus fieles ideales
en abstractos minerales se venden;
sangran agonizantes tus cristales
pero solo Marte y tú entienden.
Tú luchas, tú inspiras: inocente
das al rico para su propaganda,
no objetas por no ser imprudente,
lo que tu cegado pueblo demanda.
A la guerra en una nación distante,
tu legado patrio valor te inspira,
y cuando ves injusticias delante
descubres de la misión su mentira.
Tú, con doliente mirada que aterra,
traumado buscas ya cualquier consuelo:
¡no moriste olvidado en esa tierra
pero tu vida ahora es un desvelo!
Roto el cerebro, el espíritu roto,
vagas en la apática sociedad
que decide por ti con su vil voto
sin entender tu interna tempestad.
Tan solo quieres paz, ¡vaya ironía!
Tu cuerpo y tu alma tienen cicatrices;
escuchas los horrores todavía
de aquellos invadidos infelices.
Ninguna medalla en tu dócil pecho
sepultará lo que viste en batalla.
El olvido solo ofrece su techo
al que su calvario en secreto calla.
© Elvis Dino Esquivel
Imagen: Danny Quirk
0 Comentarios: